En las ciudades de Grecia y Asia Menor se celebraban competiciones atléticas con frecuencia.
Los juegos más famosos eran los que se celebraban cada 4 años en la ciudad de Olimpia. Durante ellos cesaban las guerras y se abría un tiempo para la paz y el deporte.
Existían numerosas competiciones que tenían lugar en los estadios de la distintas ciudades. Los vencedores recibían, una corona de olivo. La ciudad Esmirna premió con una corona de oro.
El apóstol san Pablo compara el compromiso de los cristianos con los esfuerzos de los atletas por conseguir una corona de olivo. El cristiano que se esfuerza por seguir a Cristo recibirá una corno que no se marchita.
